Hace algunos meses atrás vi un documental muy en boga: "Una Verdad Incómoda", donde Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, exponía de manera más o menos clara el tema del calentamiento global. No me sentí particularmente perturbado por todo lo que allí se expone, era un compendio relativamente ordenado de lo que yo ya sabía.
Hace un par de días atrás vi otro documental, denominado "El gran fraude del calentamiento global", donde exponen la tesis de que el calentamiento global existe, pero no es producido por emisiones de CO2, sino por un aumento natural en la actividad solar, planteando que todo lo que se ha dicho no es mas que propaganda política. Ya había oído hablar sobre este último documental, y como siempre ha sido casi mi obsesión ver los distintos puntos de vista detrás de alguna "verdad", quise ver el documental para formarme mi propia opinión.
El hecho es que una vez visto ambos documentales, mis pensamientos no se concentraron en la pregunta "¿a quién le creo?", sino que ambos documentales me sugirieron una verdad inmisericorde que nada tiene que ver con el calentamiento global, una verdad que siempre estuvo ahí, de la cual ya tenía indicios, y que por algún motivo ahora se me presentaba con total claridad.
George Orwell, escritor y periodista británico de la primera mitad del siglo XX, dijo en algún momento que los seres humanos son infinitamente maleables: tienen una extraordinaria capacidad para dominar y ser dominados. Ese es ya el primer indicio, y quizás el más importante para descubrir aquella mas profunda verdad de la que les hablo, esa que habla de los medios de comunicación, de las opiniones, del manejo de la información, de la edición de un material para contar los hechos de forma acomodaticia a intereses particulares. Y todo aquello se puede resumir en la siguiente verdad subyacente a todo esto: que a los seres humanos simplemente nos agarran para la chacota, nos toman el pelo, nos meten el dedo en la boca, llámenlo como quieran, en definitiva, no somos mas que marionetas.
Y de hecho, me he podido dar cuenta de dos niveles de esta "tomadura de pelo" al que estamos sometidos los seres humanos: el primer nivel, el básico, consiste en la sencilla técnica de ofrecer material liviano para embrutecer a las masas: programas de televisión sin contenido, música desechable, películas simpáticas para "pasar el rato", videojuegos, etc. El patrón es el mismo en todos ellos, matar el tiempo sin aumentar el bagaje cultural de las personas, y por lo tanto, dejar de algún modo atrofiadas la posibilidad de cuestionar y criticar el medio donde vivimos. Quiero dejar en claro que no encuentro malo todo aquello, ni tampoco quiero decir que se haga deliberadamente para "embrutecer" a las personas, es simplemente un resultado casi automático de la sociedad de consumo.
El segundo nivel de la "tomadura de pelo", y se podría decir el más complejo, corresponde a ese buen número de personas que no se quieren quedar simplemente consumiendo el "material liviano", sino que quieren ir un poco más allá, y quieren entender un poco más como funciona el mundo, cual es el motor de las cosas, qué es lo que hay detrás de lo visible. Para ello se recurren a libros, programas de televisión culturales, películas con contenido, información cultural en Internet, etc. Siempre se ha asumido que el acceder a material mas denso, mas "cultural", va a hacer que las personas entiendan mejor las cosas, tengan una mayor capacidad de crítica, en definitiva, que socialmente se les podría considerar más "inteligentes". Sin embargo, hay un problema mucho más sutil en este segundo nivel: que el acceso a la información se transforma en "sobreinformación". Existe una cantidad sideral de información hasta del tema mas minúsculo que puedas imaginar. Y no solamente cantidad gigantesca de información, sino cantidad gigantesca de "puntos de vista" de cualquier cosa.
Remitiéndome al tema del calentamiento global, ambos documentales dicen estar apoyados por evidencias "científicas", sin embargo, ambos presentan posturas casi contradictorias. Es evidente que no suena lógico que dos posturas casi antagónicas sobre un mismo tema esten basados en evidencias "científicas". Ambas no pueden ser verdad a la vez. Y aquí podría llamar la atención sobre un hecho particularmente grave: utilizar la ciencia para fines propagandísticos.
La ciencia como la conocemos hoy, es decir conocimiento del sistema natural en base a pruebas empíricas, nació en el siglo XVII, aunque ya en el siglo XVI Galileo había sentado las bases del método científico. La ciencia sería finalmente la gran contribución de la civilizacion occidental a la humanidad, y alcanzó su plena madurez en el período de la Ilustración, movimiento intelectual que estableció que se podría llegar a descubrir todos los misterios de la naturaleza y del Universo mediante el uso de la Razón. Por años la ciencia había existido con el único y principal objetivo de develar el funcionamiento de la naturaleza mediante el análisis objetivo de pruebas empíricas. Pero ocurrió un hecho inesperado: el surgimiento en la primera mitad del siglo XX de los sistemas totalitarios (nazismo, fascismo, comunismo), y por primera vez la ciencia empezó a utilizarse como propaganda política al servicio del Estado. Por ejemplo, en Alemania muchos trabajos científicos cuyos autores eran judíos fueron quemados, y en la Unión Soviética los científicos debían exponer conclusiones de sus trabajos que estuvieran de acuerdo con la ideología socialista.
Con el correr del tiempo las cosas no cambiaron mucho, cayeron los sistemas totalitarios y la ciencia cayó en manos de intereses privados, en las multinacionales y en los medios de comunicación, y se cayó en la obsesiva técnica de exponer posturas e impresiones en nombre de la "ciencia", dándole así un carácter de verdad incontestable.
Y como en estos tiempos todo se expone en términos científicos, hoy cualquier barbaridad que se exponga como una "verdad científica" puede obtener legitimidad. Se está jugando muy mal con la llamada "libertad de expresión". Es cierto que puede haber libertad de expresión para decir alguna opinión o postura subjetiva frente a un tema, pero uno podría asumir que los hechos objetivos (por ejemplo, que los cuerpos son atraídos al centro de la Tierra y por eso no nos salimos de ella) los son por si mismo y no dependen de lo que piense cada cual. Están ahí, los puedes ver. El problema es que hoy en día hasta la "objetividad" se transformó en algo "subjetivo", y todos esos hechos "subjetivos" están paradójicamente validados por la "ciencia".
Al final del día de tanto tratar de buscar conocimiento, explicaciones, saber como funciona este maldito mundo, uno termina sencillamente más confundido. Uno no encuentra en que dirección moverse, no sabe donde se va hacia arriba o hacia abajo, y al final, uno simplemente ha quedado con un montón de ideas en la cabeza que no puede sintetizar, y está en un limbo muy similar al que se está cuando consumes los productos livianos del "primer nivel" de "tomadiura de pelo".
En conclusión, quizás la única verdad es que uno nunca encontrará la verdad en nada, y que los seres humanos estamos siendo manipulados de forma tal, que a estas alturas ya se debe haber olvidado el verdadero significado de la palabra "verdad".
Es muy probable que cuando vuelva a leer esto ya publicado en el blog, no crea nada de lo que escribí.
saludos.
lunes, 25 de junio de 2007
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